Siempre había querido nombrar todo lo que abunda mi mente al rededor del concepto de la inercia. Esto de “Vivir por inercia”.
Empecé a escribir esto en un vuelo a la Ciudad de México (yo siempre me pongo muy nostálgica y reflexiva en los traslados cuando viajo) porque me di cuenta de que me sentía cansada por llevar dos fines de semana seguidos sin pasarlos en mi casa y me faltaba uno más. Y a la vez, un poquito contenta y satisfecha con mi decisión de hacer estos movimientos geográficos un poco atropellados dentro de la República Mexicana con muy poca separación uno del otro. Me puse a pensar en por qué me hace sentir un poquito triunfante “salirme” de mi rutina, o tomar una decisión precipitada y mover planes y salirme corriendo del trabajo para tomar un uber al aeropuerto tres viernes seguidos para diferentes planes con diferentes personas. Esto me recordó un pensamiento recurrente: me hace sentir bien demostrarme que no estoy viviendo por inercia. Y entonces pensé: voy a hacer la tarea completa. ¿A qué me refiero con eso?
Etimológicamente la palabra inercia viene de “inertia”, que se compone por las partículas “in” - negación y “ars” - arte, por lo que el concepto habla de una insensibilidad a todo arte, sin disposición, de algo inactivo.
Yéndome a la definición literal, la inercia es la propiedad de los cuerpos de mantener su estado de reposo o movimiento si no es por la acción de una fuerza. En esta introducción poniéndome muy física y científica, podría hablar de los estudios de Newton, que retomando los hallazgos de Galileo Galilei concluyó que un objeto se va a mantener exactamente como está a menos de que algo, una fuerza o un ‘alguien’, le haga cambiar de posición. La ley de la inercia, vaya. Analizando esto de manera metafórica, la inercia es una tendencia a actuar de manera rutinaria, actuar de la manera en que ‘normalmente’ se hace algo. Este “permanecer en la inmovilidad” podemos verlo como permanecer en cierta zona de confort.
Tomando el concepto desde un punto de vista literario, Camus, en el ensayo que escribió titulado “El mito de Sífsifo” (que no leí completo, perdón) habla del absurdo y un poco toca el tema de la rutina: “Levantarse, tranvía, cuatro horas en la oficina o en la fábrica, comida, tranvía, cuatro horas de trabajo, comida, dormir, y lunes martes miércoles jueves viernes sábado y domingo al mismo ritmo…”
A lo que quiero llegar, es a que “hacer las cosas por inercia” puede ser estar en una rutina que no se interrumpe por nada, puede ser ir tomando decisiones de la vida solo por que es lo que convencionalmente se hace, sin cuestionar, sin detenernos. O bien, no hacer nada por uno mismo, sino únicamente porque fuerzas externas nos mueven o nos dicen qué hacer o hacia dónde ir.
He aquí mi miedo más grande. O bueno, no sé si el MÁS grande pero uno que me mueve significativamente. Hacer las cosas solo porque tocan, solo porque alguien dice que eso es lo que está bien, o porque es lo que sigue. Salir de la escuela y escoger una carrera para inmediatamente entrar a la universidad porque así debe ser, ó estar en una relación de pareja con el último y único fin de que el éxito de esta sea el matrimonio y los hijos, ó trabajar hasta el cansancio para alcanzar la estabilidad económica que, cuando llegue, si llega, parece prometer la felicidad eterna, o hacer todo tipo de cambios y esfuerzos para alcanzar una belleza estereotípica para sentirnos aceptadas y valoradas en nuestro entorno, and the list goes on... Y ojo, estoy consciente de que con lo descrito hasta ahora estoy sonando pretenciosa, como si yo, Regina, estuviera por encima de los dogmas sociales y las decisiones de mi vida nunca han sido tomadas por lo que las convencionalidades de mi entorno dictan. Pero no va por ahí, al contrario, soy una perfecta víctima y partícipe de esto. Lo que quiero externar es que una de mis más constantes luchas es, según yo, ir en contra de ella, aunque no siempre pueda.
¿Será que vivir por inercia es “malo”? ó ¿Será que es nuestra única alternativa? ¿Acaso verdaderamente existe una forma de vida que sea distinta? i really don’t know shit, y no soy filósofa desafortunada o afortunadamente para perderme en ese pensamiento en un loop interminable.
Hay una frase que se le atribuye a Jean Paul Sartre pero según la deep web en la que navego, no está realmente comprobado que sea suya que dice: “Nacemos por azar, vivimos por inercia, y morimos por accidente, el hombre es una pasión inútil.”
La leí y me dejó muda. Tal vez es verdad que no hay otra forma de bajar por el río mas que siguiendo la corriente, ¿o sí la hay?
Es verdad que somos seres gregarios, que según la primera definición que leí es “el animal que desarrolla su vida en grupo”, pero según la RAE es quien “está en compañía de otros sin distinción, como el soldado raso.” SIN DISTINCIÓN, dice tu tía la RAE. Es aquí donde yo discrepo. Es maravillosa la vida en comunidad, es solo en el compartir(nos) que yo le encuentro sentido a la vida. Sin embargo, es también solo a través de lo que nos distingue del otro que podemos ser nosotros mismos, y solo desde nuestras formas más auténticas de ser podemos interactuar significativamente. Conectar. Amar.
Por ende, lo que yo pienso es que considerando la inmensa riqueza de cada uno de nosotros, y las inagotables posibilidades de ver la vida y de elegir vivirla, vivir por inercia sería no detenernos de vez en cuando a cuestionar, a recalcular, a analizar otras posibilidades, tomar caminos y después decidir regresarnos, relacionarnos con personas con diferentes visiones y configuraciones, reinventar lo que pensábamos que eramos una y otra vez, alejarnos y volver, o tal vez no volver al mismo sitio. Vivir por inercia sería dejar de asombrarnos, y dejar de tener interés por aprender cosas nuevas para expandir nuestro pensamiento.
Yo, a mis veintiséis años (tengo menos de 2 meses más para decir que esta es mi edad y lo estoy aprovechando) sigo queriendo muchísimas cosas que se me ha dicho que debo querer. Pero me niego a querer esas cosas únicamente en los tiempos y en las formas que colectivamente se nos ha dicho que deben ser. Me niego a hacerme creer que si no llegan a mi vida valdré menos o tendrá menos sentido mi existencia. ¡Qué emoción y qué miedo no saber lo que sigue!, ¿no? La rutina puede ser muy bella, yo encuentro en los rituales de la vida cotidiana mucha paz y mi búsqueda no es la de una vida de nómada sin patrones ni planes, pero si la de una vida con pausas para recalcular, para cuestionar y para decidir si el siguiente paso que voy a dar lo estoy haciendo por mi intuición y por mis propios razonamientos y deseos, ó solo por inercia.
Amo tu humor. So deep yet so easy to read. So formal yet so casual.
Perfect read! Me encantó que justo lo estoy leyendo en una sala de espera en el aeropuerto. A punto de partir nuevamente sin saber por qué. Gracias por invitarme a darme a mí mismo un momento de pausa para recalcular